
“¡Tú deberías estar en la NASA!”, esta frase de una paciente expresa de modo inocente lo que los farmacéuticos comunitarios somos: “Científicos en el Mostrador”.
Cuando un paciente llega hasta nuestro mostrador para adquirir un medicamento con o sin receta ponemos en marcha un proceso de “dispensación activa” cuyo objetivo es asegurar el uso adecuado del medicamento. Este proceso tiene dos componentes, por una parte identificamos posibles Problemas Relacionados con el Medicamento (PRM) y los analizamos, lo que nos ayudará a tomar las decisiones más adecuadas en la dispensación. Por otra parte, seleccionamos información relevante e informamos al paciente de modo adecuado. Para que todo esto llegue al final de modo satisfactorio debemos aplicar una buena dosis de ciencia, de mucha ciencia, muchas horas de estudio y puesta al día y, por supuesto, un toque de psicología y empatía.
Comenzamos identificando qué producto-s hemos de dispensar, interpretando, no sin ciertos inconvenientes a veces, la prescripción o los requerimientos del paciente (observando de modo riguroso la legislación). Siempre leeremos nosotros mismos la receta.
Ahora es el momento en que identificaremos quién es el paciente, su patología y qué otras circunstancias (otros medicamentos, fitoterápicos…) concurren en su estado de salud. Afirmaciones como “Seguro que el médico ya le habrá contado para qué sirve este medicamento……..”.
Repasar la posología, si el medicamento tiene condiciones particulares de administración o conservación y la duración del tratamiento. Este recordatorio conviene hacerlo siempre que sea posible, incluso en dispensaciones sin receta y es obligatorio si es una venta por consejo. Debemos hacer participar al paciente lo más posible estableciendo un diálogo que nos abra el camino a cumplir con esa verificación de un modo cercano, empático y utilizándolo como recurso para fijar las ideas. Para esta labor el BOT PLUS es siempre nuestra gran base de conocimiento y consulta.
Una acción absolutamente fundamental es verificar si el paciente padece alergia a algún producto, especialmente en las dispensaciones de antibióticos, analgésicos y medicamento de consejo. No olvidemos la importancia del excipiente en el caso de diabéticos, hipertensos, celiacos o intolerantes a la lactosa entre otros, poniendo en práctica así el principio de “primum non nocere”.
Es imprescindible que nuestra actitud siempre sea positiva y dialogante pues el paciente de ese modo recordará la información que queremos compartir. En cambio, actitudes distantes, intransigentes y arrogantes harán que el paciente solo recuerde la impresión negativa de la situación, perdiéndose el mensaje. Nuestro lenguaje se ha de adecuar a nuestro interlocutorpues hacer llegar la información adecuada en tiempo y forma, pues de ello depende conseguir el objetivo terapéutico del tratamiento farmacológico. Recordemos que no estamos demostrando cuanto sabemos, sino poniendo nuestro conocimiento al servicio de la salud del paciente.
Nunca debemos escatimar en el uso de materiales como adhesivos, pictogramas, rotuladores de colores o cualquier tipo de inscripción en las cajas que ayude al paciente al cumplimiento farmacoterapéutico y por supuesto, para huir de las isoapariencias (medicamentos con igual apariencia que no son para la misma indicación).
Puede ser buena idea tener pequeños recordatorios similares a infografías para medicamentos cuya administración requiere condiciones más especiales (Fosfomicina Trometamol, Azitromicina, Bifosfonatos…). Asegurarnos que quede clara la duración del tratamiento, sobre todo en el caso de antibióticos para recordar que se debe completar el tratamiento o en descongestionantes nasales para indicar que no se debe prolongar el tratamiento más de cuatro días. Hay que verificar especialmente los medicamentos con pautas de dosificación variablescon el paso de los días como son corticosteroides orales o gotas oculares en tratamientos postoperatorios. En estos casos es conveniente confeccionar un esquema a modo de recordatorio para que puedan llevarlo a casa.
El uso de aplicaciones para dispositivos móviles (App) puede ser muy útil tanto en el mostrador como para recomendar a pacientes que quieren contar con la tecnología así podemos recomendar para mejorar el cumplimiento terapéutico (RecuerdaMed, Hora de la Medicación!, para gestionar el dolor (Dolor), control de Presión Arterial (Mi presión arterial), control de la Glucosa (SocialDiabetes), entrenamiento en el manejo de inhaladores (Inhaladores).
Eso es lo que los farmacéuticos en el mostrador, “dispensamos con ciencia”.

Elena Sáiz. Farmacéutica Comunitaria. Máster en Nutrición y Salud Pública. Apasionada de mi profesión e implicada en la divulgación de la salud y la nutrición con ciencia y a conciencia.
Post publicado originalmente en la web Diactual, plataforma integrada en La Farmacia Hoy.