
Aunque mires por la ventana y veas el sol brillando en el cielo, no te confíes. Los días de verano están contados y tarde o temprano las nubes y el frío volverán a tomar poco a poco nuestros pueblos y ciudades (bien es verdad, que en unas regiones más que en otras). Y la llegada del otoño suele venir acompañada de otra llegada, muchos menos deseada, a los colegios: los virus estacionales de esta época encuentran entre las paredes de los centros escolares un hábitat idóneo para proliferar entre el alumnado.
Aunque por lo general se trata de virus que no presentan riesgos importantes para la salud del paciente, es aconsejable acudir al médico para obtener un buen diagnóstico y seguir el tratamiento prescrito por el profesional, que en estos casos lo más probable es que sea de tipo conservador, con mucho reposo y paciencia para superar la afección. Pero la farmacia comunitaria puede ofrecer también apoyo en forma de consejos, sobre todo en materia de prevención de contagio o alivio de los síntomas.
Consejos para prevenir el contagio
- Higiene de manos. Las manos son uno de los focos de contagio de virus más habituales, y algunos virus, como el de la gripe, puede sobrevivir hasta dos horas en la piel humana. Enseñar a los niños y niñas a lavarse las manos con frecuencia contribuye a reducir de forma notable el riesgo de entrada del virus en el organismo.
- Evitar los cambios brucos de temperatura. Los cambios excesivos de temperatura pueden afectar a las defensas y facilitar la propagación del virus. Tratad de evitar en la medida de lo posible el aire acondicionado, o de no configurarlo a una temperatura demasiado baja.
- Ventilar las habitaciones. Los espacios cerrados también contribuyen a la proliferación del virus. Oread los cuartos a diario, tanto el de vuestros hijos e hijas, como el vuestro.
Consejos para aliviar los síntomas
- Antigripales infantiles. No aceleran la curación, que vendrá como paciencia y reposo, pero sí que ayudan a sobrellevar algunos de los síntomas más molestos, como el picor de garganta o el malestar general.
- Enseñarles a sonarse la nariz correctamente. Para sonarte los mocos, es preferible el uso de pañuelos de cuatro capas, que favorecen la absorción. Hay que enseñarles a sonarse la nariz correctamente, turnando los orificios nasales para evitar que se taponen los oídos.
Y, sobre todo, conviene tener paciencia con ellos estos días de malestar, y acompañarles para que la enfermedad se les haga lo más llevadera posible. Es una ocasión para enseñarles el don de la paciencia, y aprendan que si se siguen vuestros consejos las cosas terminarán por mejorar.