El 14 de noviembre se celebra, cada año, el Día Mundial de la Diabetes, con el objetivo de aumentar la concienciación sobre esta enfermedad a escala mundial. Se celebró por primera vez en 1991, impulsado por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El lema de la campaña 2019 es “Protege a tu familia”, buscando implicar la participación activa de los miembros de la familia en la gestión y atención de la diabetes, y promoviendo que la educación diabetológica tenga en cuenta a las personas más cercanas al paciente.
La diabetes mellitus es, en realidad, un grupo de trastornos metabólicos caracterizados por unos niveles muy elevados de glucosa en sangre. Los principales tipos de diabetes son la diabetes tipo 1, patología en la que el páncreas no segrega insulina, y la mucho más frecuente diabetes tipo 2, en la que la insulina no se produce en cantidades suficientes o el organismo no la aprovecha adecuadamente debido a la llamada “resistencia a la insulina”.
Se trata de una enfermedad con una elevada prevalencia, tanto a nivel global como en España, y por ello los profesionales de la farmacia comunitaria, dado su alta capilaridad, tienen la oportunidad de desempeñar un papel clave en la atención a los pacientes.
¿Qué roles desempeña la farmacia comunitaria en la gestión de la diabetes?
Los farmacéuticos y farmacéuticas, como profesionales de la salud y principales expertos en medicamentos del SNS, tienen en sus manos una importante labor en materia de gestión, atención e incluso prevención de la enfermedad.
- Como dispensador. Los antidiabéticos orales se encuentran entre los medicamentos de prescripción más distribuidos en oficinas de farmacia. Si sumamos la insulina, el glucagón y otros productos muy útiles para el paciente como los geles para remontar hipoglucemias, nos encontramos con que la farmacia es un puesto de avituallamiento altamente recurrente para el paciente. El farmacéutico es una figura muy importante en la dispensación de estos productos farmacéuticos para asegurar un uso correcto de los mismos.
- En el diagnóstico. Casi la mitad de los pacientes no están diagnosticados, debido en parte a la ausencia de síntomas durante las fases iniciales de la enfermedad. La farmacia puede servir de apoyo para descubrir estos casos gracias a servicios como el cribado de la diabetes.
- Como fuente de información y consejos. Como establecimiento sanitario, desde la farmacia comunitaria se pueden ofrecer consejos, ya no sólo para asegurar una adecuada adherencia terapéutica, sino para favorecer unos hábitos de vida saludables en cuanto a alimentación y actividad física básicos en la gestión de la diabetes.
Prevención de la diabetes tipo 2
La diabetes mellitus tipo 2 es prevenible en muchos casos, incidiendo sobre dos de los principales factores muy vinculados entre sí: la obesidad y el sedentarismo. Mantener una vida activa y unas pautas saludables de nutrición puede que no elimine por completo el riesgo de desarrollar la patología (existen otros factores de riesgo), pero sí que contribuye a reducir drásticamente el las probabilidades. Y la farmacia comunitaria, como establecimiento sanitario más próximo al paciente, es un magnífico punto de información para concienciar y ofrecer consejos saludables a la ciudadanía.