Las farmacias se han convertido en los últimos tiempos en un objetivo habitual de ladrones y delincuentes. Y no se trata de casos aislados, sino que cada vez son más los titulares que saltan a los medios nacionales y regionales con grupos organizadas responsables de atracos y robos a varias oficinas de farmacia.
Viajamos a extremos opuestos de la península para ilustrar el asunto con ejemplos concretos: el pasado abril una banda atracó catorce boticas en Granada; y unos meses antes en Vizcaya fueron detenidos cinco jóvenes por robar en cuatro farmacias de varios municipios.
En casi todos los casos, los delincuentes aprovechan la protección de la noche para forzar las persianas y vaciar las cajas de los establecimientos. Aunque también los hay más osados, que lo hacen de día y amedrentando con arma blanca, como sucedió recientemente en el madrileño barrio de Hortaleza.
Aunque hay zonas que han podido concentrar un mayor número de robos en momentos puntuales, como es el caso de Pozuelo de Alarcón, se trata de una “epidemia” que afecta a todo el país, de Norte a Sur. Desde los municipios mencionados anteriormente, hasta ciudades como Vigo o Avilés han sufrido su cuota de robos y atracos.
Tampoco es desdeñable el aumento denunciado por las farmacias el pasado año en lo referente a robos de producto. Desde la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC) incluso se atrevían a estimar que estos hurtos suponían la pérdida del 6% de la recaudación. El objetivo de estos delincuentes suelen ser los productos de parafarmacia y belleza de fácil acceso en los expositores, para luego revenderlos en un mercado negro.
¿Cómo afrontar esta situación desde la farmacia?
Es importante denunciar el robo con la mayor agilidad posible y mantener una estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad, que ya han demostrado resultados exitosos en casos como en Burgos. En esta provincia la actuación policial y aumento de patrullas logró reducir en 2014 una oleada de robos que afectaba sobre todo a las boticas rurales. Los agradecimientos por parte del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Burgos no se hicieron esperar.
Entre las medidas a tomar recomendadas por las compañías de vigilancia y seguridad, destaca siempre la colocación de videocámaras, que no sólo facilitan la identificación de los delincuentes que hayan cometido hurtos o atracos en el establecimiento, sino que tienen un importante efecto disuasorio.
El Ministerio de Interior, por su parte, indica la obligación para todas las oficinas de farmacia de contar con «un dispositivo de tipo túnel, bandeja de vaivén o bandeja giratoria con seguro, que habrán de estar ubicados en un elemento separador que impida el ataque a las personas que se hallen en el interior».
En última instancia, queda el seguro para cubrir las pérdidas y los daños en el local, pero la recepción del dinero puede retrasarse y hasta caer en ejercicios fiscales diferentes. Es importante, en cualquier caso, que si hay denuncia es posible obtener una deducción fiscal que permita, al menos, mitigar el impacto económico del acto delictivo sufrido.