
El verano tiene muchas cosas buenas. El sol, la playa, los viajes, el tiempo libre, la familia, los amigos, los viajes en pareja, las noches cálidas, los cielos despejados… y la comida, por supuesto. Ya sean menús ligeros de verano, refrescantes helados o comidas copiosas y opulentas, el factor gastronómico es un elemento que no podemos olvidar cuando hablamos del verano. Pero cuidado, porque es un factor que suele venir acompañado de ciertas molestias.
En verano solemos alterar nuestros hábitos alimentarios. Bien porque viajamos, porque comemos más fuera de casa o porque organizamos más comidas y cenas con familiares, amigos o parejas, tendemos a comer de forma diferente (y generalmente en mayor cantidad) que el resto del año. Y claro, eso puede acarrear uno de los problemas más recurrentes del verano: las digestiones pesadas.
¿Cómo podemos prevenir las digestiones pesadas?
Por supuesto, el mejor consejo siempre será la moderación. No habrá necesidad de recurrir a ninguna ayuda externa si se toma la precaución de comer sólo lo que pide el cuerpo… y seguramente no habría que pedir consejo. Pero como no todo el mundo es capaz de actuar siempre según las reglas de la moderación… puede ser útil aportar ciertos consejos desde la farmacia.
- Comer y masticar con tranquilidad.
- No fumar.
- Evitar las bebidas carbonatadas o con cafeína.
- Comer más fibra, y apostar por frutas y verduras de temporada.
- Caminar varias veces al día para favorecer las digestiones.
- Evitar sorber, usar pajitas, beber de la botella y otros hábitos que favorezcan la entrada de aire y la formación de gases.
También puede ser de ayuda recurrir a componentes farmacológicos que contribuyan al alivio de las digestiones pesadas, como puede ser la pancreatina, una mezcla de enzimas digestivas que ayuda a mejorar las digestiones lentas asociadas a la insuficiencia de enzimas pancreáticas. Este ingrediente activo está contenido en Pankreoflat, que además tiene en su composición simeticona, un componente que ayuda a disminuir la formación de gases y a aliviar ciertas alteraciones digestivas.
Con los consejos adecuados y, recordemos, la moderación por bandera, este verano no tiene por qué convertirse en una carga constante para las digestiones de los pacientes.