
Ya estamos a las puertas del verano, y aprovechando el marco de la celebración del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, es un buen momento para hablar de salud cutánea, y de consejos básicos que puede ofrecer la farmacia comunitaria para protegernos del sol este verano. Es cierto que este año 2018 está costando encontrar cielos azules y despejados, pero eso no significa que el sol no pueda seguir quemando, y no haya que protegerse contra sus efectos nocivos. ¿Sabes qué daños puede causar una protección ineficiente (o nula) contra el sol y no tener en cuenta los efectos del calor en esta época?
Proteger la piel del sol en verano
Uno de los efectos más evidentes de no protegerse contra el sol son los eritemas o quemaduras solares, un enrojecimiento de la piel que se produce tras una exposición prolongada al sol. Aparte del aspecto estético, las quemaduras pueden ser muy molestas y pueden ser signo de algo más grave: cáncer de piel. Conviene prevenir la aparición de estas quemaduras en todos los casos, pero sobre todo en niños y adolescentes. Una persona puede duplicar el riesgo de sufrir melanoma si ha sufrido cinco o más quemaduras solares en su vida, según la Fundación Skin Cancer.
Para luchar contra este molesto efecto, la fotoprotección es indispensable, y la farmacia comunitaria es el establecimiento sanitario que puede aconsejar a los usuarios sobre los productos más adecuados para su piel, así como el factor de fotoprotección (SPF, por sus siglas en inglés) recomendado para cada usuario.
Proteger los ojos del exceso de luminosidad
Las gafas de sol no son sólo un complemento de moda, sino una herramienta muy útil para prevenir complicaciones oculares en los meses de sol. Sus filtros ayudan a proteger los ojos de la radiación solar y a reducir el riesgo de sufrir dolencias como conjuntivitis o cataratas, o incluso enfermedades más graves como el cáncer de córnea. Por este motivo cada vez son más las farmacias que, como establecimiento sanitario que son, venden gafas de sol.
Son tres los factores a tener en cuenta a la hora de escoger unas gafas de sol adecuadas: que tengan la etiqueta CE (que certifica el cumplimiento de la normativa europea de sanidad y seguridad); conocer la categoría de filtro de calor (de 0 a 4) recomendado para cada situación; y el Grado de Protección Ultravioleta, que indica el volumen de radiación que deja pasar la lente.
Hidratación, hidratación y más hidratación contra el calor
El compañero más asiduo del sol estival es el calor, y el calor provoca deshidratación. Es por eso que en verano conviene mantener una hidratación regular tanto por dentro (bebiendo la cantidad de agua recomendada), como por fuera (con duchas o baños frecuentes en caso de pasar mucho tiempo expuestos al sol).
Proteger la piel, proteger los ojos, e hidratarse son tareas indispensables en verano, y son también tareas en las que la farmacia comunitaria puede ser un gran aliado de las personas.