El infradiagnóstico es uno de los mayores problemas de la diabetes. En España, se calcula que hay en torno a 6 millones de pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2), de los cuales casi la mitad permanece sin diagnosticar. Y es que la baja tasa de diagnóstico es uno de los principales caballos de batalla de los expertos en diabetes durante los últimos años: cuanto antes se controlen los niveles glucémicos de un paciente con diabetes, más fácil será prevenir futuras complicaciones asociadas a este trastorno metabólico.
La farmacia comunitaria, como ventana accesible de atención sanitaria a la ciudadanía, se muestra siempre como una gran compañera para ayudar a los pacientes que tratan de optimizar la gestión de su diabetes, pero también puede erigirse como una aliada clave para luchar contra el problema del infradiagnóstico en diabetes, especialmente en DM2.
Cribados y tests de glucemia
La realización de cribados y test rápidos de glucemia en la farmacia comunitaria, especialmente durante las habituales campañas sanitarias que se realizan por el Día Mundial de la Diabetes, pueden contribuir de manera exitosa a la detección de pacientes con diabetes que, de otra manera, habrían seguido siendo invisibles para el sistema sanitario. Diferentes experiencias basadas en la obtención de muestras de sangre capilar han ayudado a personas con elevadas cifras glucémicas a ser derivadas a tiempo al especialista médico e iniciar los necesarios tratamientos.
¿Cómo funciona el test FINDRISK?
Además de los cribados glucémicos, existe una herramienta de más fácil aplicación, basada en el análisis de datos: el cuestionario FINDRISK. Se trata de una serie de preguntas al paciente directamente relacionada con los principales factores de riesgo conocidos (índice de masa corporal, rutinas alimenticias, hábitos de actividad física, antecedentes familiares…), que resulta en una puntuación: cuanto más alta, más riesgo de desarrollar diabetes tendrá el paciente en los próximos años. Distintas experiencias han probado con éxito la integración de esta metodología en la rutina básica de la farmacia comunitaria.
Se trata de una herramienta de fácil implantación que puede servir tanto para contribuir al diagnóstico de la diabetes, como para fomentar la educación sanitaria de los pacientes.
La promoción de hábitos saludables, muy importante en diabetes
Otro rol que la farmacia comunitaria puede desempeñar sin un gran despliegue de recursos es el del fomento de hábitos y rutinas saludables que ayuden a la prevención de complicaciones tanto en diabetes mellitus como en otros trastornos metabólicos. Es importante recordar a los pacientes que existen factores de riesgo asociados a la diabetes directamente modificables mediante cambios en el estilo de vida de los pacientes: como el sedentarismo, el tabaquismo, o la dieta.
La información, si se gestiona y se dirige de forma eficiente desde los estamentos sanitarios, puede ser una de las mejores medicinas para mejorar la salud de la ciudadanía, y la farmacia comunitaria puede convertirse en una vía de administración clave de recomendaciones sanitarias rigurosas y útiles para los pacientes.