
Estamos en invierno y, como es lógico en estas fechas, los termómetros marcan temperaturas muy bajas en casi todo el país. Durante esta época, se incrementan los casos de infecciones en vías respiratorias, debido a su vulnerabilidad frente a los cambios en la temperatura y la humedad. El virus de la gripe encuentra en esta época un hábitat ideal para expandirse, y las enfermedades respiratorias copan los motivos de consulta en atención primaria.
Este escenario de proliferación de virus respiratorios resulta especialmente peligroso para diversos grupos de pacientes considerados de riesgo: personas mayores, mujeres embarazadas, personas que padezcan algún tipo de inmunodeficiencia, profesionales sanitarios o, el grupo que nos ocupa en este artículo: pacientes con enfermedades crónicas como la epoc.
La epoc en invierno
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, es una enfermedad inflamatoria de carácter crónico que provoca una obstrucción en el flujo de aire desde los pulmones. El tratamiento farmacológico de la epoc se centra mayoritariamente en el control de los síntomas y la prevención de complicaciones asociadas.
Los meses de invierno son especialmente críticos para estos pacientes debido a la presencia en el aire de virus, bacterias y contaminantes como el NO2, PM10, O3 y CO. Según un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) publicado en la revista ‘PLOS ONE’, la mortalidad por exacerbaciones y las hospitalizaciones incrementaron su frecuencia durante los meses más fríos del año.
Consejo farmacéutico para prevenir complicaciones
Los pacientes de epoc tienen motivos para tomar precauciones extra en esta época del año y la farmacia comunitaria, como establecimiento sanitario de máxima cercanía al paciente, puede ser el escenario adecuado para transmitir estas recomendaciones:
- Vigilar los cambios bruscos de temperatura, ya que contribuyen a facilitar la proliferación de virus en el organismo. Para ello, conviene usar ropa adecuada a la climatología, protegiendo garganta, pies y manos.
- Hidratarse correctamente. Beber agua es necesario durante todo el año, aunque el frío y la humedad no generen la misma sed que en verano.
- Prestar atención a los síntomas. Atender a los síntomas que puedan alertar de una posible exacerbación de la epoc (empeoramiento de la tos, aumento de los episodios de disnea…).
- La vacuna de la gripe. Los pacientes con enfermedades respiratorias como el asma o la epoc se consideran grupo de riesgo, y se les recomienda vacunarse de la gripe para prevenir la complicación de su patología.
La epoc es una enfermedad crónica en la que un abordaje multidisciplinar puede resultar muy beneficioso; por ello puede resultar muy interesante involucrar a la farmacia comunitaria y fomentar la comunicación y colaboración entre farmacéuticos y médicos.