
Las altas temperaturas del verano suponen un riesgo generalizado para todas las personas que no tomen las debidas precauciones; el calor acelera la deshidratación del cuerpo y la larga exposición al sol puede provocar quemaduras y otras lesiones cutáneas.
Aunque toda la ciudadanía debe tomar consciencia de estos peligros hay ciertos grupos de personas que, por diversas circunstancias, tienen más posibilidades de sufrir algún tipo de percance relacionado con el verano, y con los que conviene tomar especial cautela.
¿Quiénes son estas personas y qué consejos pueden ofrecerse desde el mostrador de la farmacia comunitaria para reducir el riesgo de sufrir complicaciones vinculadas al aumento del calor y la exposición al sol?
Proteger a los niños en verano
En la infancia el cuerpo se encuentra en plena transformación, y muchos órganos no han terminado de desarrollarse. Esto provoca que sean más vulnerables a algunas afecciones propias del verano.
- Mucha atención a las quemaduras solares. A edades tempranas, la piel es todavía muy sensible y requiere unos cuidados especiales; la piel de los bebés es más fina y su producción de melanina es menor que en los adultos. Conviene proteger su piel con cremas dermoprotectoras adecuadas para su edad, evitar la exposición directa al sol en horas centrales y, en el caso de los menores de un año, mantenerlos lejos del sol, siempre a la sombra y protegidos también de la radiación solar indirecta con ropa ligera, gorros e incluso una sombrilla personal.
- La otitis externa. En verano es frecuente que los niños puedan desarrollar una otitis externa como consecuencia de la humedad por pasar mucho tiempo en el agua, ya sea en playa o piscina. Para prevenir esta situación, conviene secar cuidadosamente con una toalla los oídos del menor después de cada baño, e inclinar su cabeza a ambos lados para favorecer la expulsión del agua del conducto auditivo. No deben introducirse objetos para limpiar el oído.
Hidratación durante el embarazo y la lactancia
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) recomienda aumentar la ingesta de agua en mujeres embarazadas y lactantes; aconseja beber agua a intervalos cortos a lo largo de todo el día.
Precauciones para personas ancianas en verano
Las personas mayores están más expuestas en verano a sufrir deshidratación o golpes de calor como consecuencia de las altas temperaturas. Deben prestar especial atención a la ingesta de agua durante estas fechas. El CGCOF recomienda entre 2,5 y 2,75 litros de líquidos diarios, bebidos a lo largo de todo el día con especial atención a las comidas para favorecer el paso de los alimentos. Se recomienda el consumo de agua de mineralización débil para evitar posibles desequilibrios y descompensaciones.
Riesgos en verano para las personas medicadas
Hay algunos medicamentos que pueden alterar el comportamiento del organismo en relación al calor (acentuar la deshidratación, impedir la sudoración, aumentar la temperatura corporal, restringir la dilatación de los vasos sanguíneos e incluso afectar a la función renal). El CGCOF recoge algunas recomendaciones en este vídeo. Conviene que todas aquellas personas que se encuentren bajo tratamiento presten una especial atención a la hidratación durante estas fechas.
Un buen consejo farmacéutico desde el mostrador de la botica es un buen punto de partida para que disfruten de un verano saludable y sin complicaciones.