
Llegamos a los coletazos finales del verano 2020, un período que quedará dibujado para siempre en nuestras retinas con forma de mascarilla. El verano de la COVID-19 ha cambiado las rutinas y costumbres sociales, la forma en la que nos relacionamos y, por supuesto, los hábitos de compra. Estas modificaciones conductuales del consumidor también llegan indudablemente a la farmacia comunitaria, un espacio en el que convive la realidad sanitaria como la de consumer health.
¿Cómo va a cambiar la relación del consumidor ocasional con la farmacia? ¿Y la del paciente crónico? ¿Cómo afectará el nuevo escenario a los hábitos de consumo en la farmacia? ¿Y a la prestación de servicios profesionales?
Éstas son preguntas de respuesta incierta, a las que no podemos dar una respuesta inequívoca, pero sí que podemos tratar de hacernos otras preguntas similares cuya respuesta nos puede arrojar ciertas pistas:
- ¿Qué nuevos criterios han ganado relevancia a la hora de elegir una farmacia de referencia? De acuerdo a la farmacéutica Asun Arias (Asun Arias Consultores), el nuevo consumidor busca seguridad y limpieza cuando acude a la farmacia, así como facilidad de compra. Asimismo, acude menos veces a la farmacia, pero compra más en cada visita.
- ¿Cuáles fueron los productos más vendidos durante el confinamiento? Según un análisis de Tendencias Cofares, además del crecimiento en la demanda de geles y mascarillas, se disparó la venta de suplementos vitamínicos y productos para mascotas.
- ¿Cuál ha sido el papel de la farmacia asistencial durante la pandemia? La farmacia comunitaria ha sido una pieza clave del engranaje sanitario durante los meses más duros de la pandemia, concienciando e informando a la ciudadanía, ofreciendo asesoramiento a pacientes, y convirtiéndose en una ventana de atención sanitaria cuando más peligroso era visitar hospitales y centros de salud. En un encuentro sobre farmacia asistencial organizado por Imfarmacias, diversos expertos (del CGCOF, la FIP, SEFAC y FEFAC) coincidieron en que el papel de la farmacia asistencial ha sido clave durante la crisis sanitaria, destacando la atención domiciliaria y la necesidad de enfatizar la dispensación. La adherencia al tratamiento continúa siendo uno de los grandes retos, y la farmacia asistencial es clave para afrontarlo con garantías.
Durante las próximas semanas, iremos adquiriendo una mayor certeza sobre esta nueva realidad y las diferencias a las que será necesario adaptarse, pero la farmacia comunitaria seguirá siendo un establecimiento clave para el Sistema Nacional de Salud, y ofrecerá como siempre una máxima confianza a los pacientes.