
Con el verano la exposición al sol suele ser inevitable ya que durante esta época hay más horas del sol y calienta con más fuerza. Debido a esta exposición muchas personas sufren quemaduras en su piel después de una excesiva exposición a rayos ultravioleta (UV, UVA o UVB).
Las quemaduras o eritemas solares pueden causar daños irreparables que se mantienen durante toda la vida, y es importante destacar que estas quemaduras no son un simple enrojecimiento e irritación local y temporal, sino que están relacionadas directamente con el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Los canceres más comunes de la piel son el melanoma, el carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas. Los dos últimos están vinculados a una acumulación de sol en la piel durante años, mientras que el melanoma se relaciona con las quemaduras solares. Según la Skin Cancer Foundation, las personas que han sufrido al menos cinco quemaduras solares durante su vida tienen el doble de riesgo de desarrollar melanoma.
Según la OMS, el de piel es el cáncer más frecuente, y 2 millones de nuevos casos son diagnosticados anualmente. Por ello es necesario concienciar a las personas tanto adultas como jóvenes de los peligros de la radiación ultravioleta, y fomentar el hábito de echarse crema dermoprotectora siempre que se vaya a mantener contacto con el sol.
¿Cómo actuar cuando la quemadura ya se ha producido?
Ya hemos hablado de los riesgos y de la importancia de la prevención. Pero por desgracia en esta vida los accidentes suceden y no siempre se toman las precauciones necesarias. ¿Cómo actuar cuando entra en la farmacia una persona que ha sufrido una quemadura solar?
Lo primero es saber distinguir el tipo de quemadura, si el paciente sufre una quemadura de segundo grado, reconocible por la aparición de bolsas y ampollas, debe derivarse a un dermatólogo. Para una buena recuperación se puede recomendar, siempre bajo prescripción del especialista, corticoides tópicos y lociones balsámicas.
Cuando una persona presenta una quemadura normal (eritema o enrojecimiento), es importante recomendarle que evite la exposición directa al sol temporalmente, ya que la piel estará mucho más sensible. La hidratación será crucial para una buena recuperación. Debe mantener una hidratación tanto por fuera como por dentro, bebiendo una correcta ingesta de líquidos y aplicando cremas hidratantes.
Por último, la ropa debe ser ligera y preferiblemente de fibras naturales para no irritar la piel. Al igual que la ropa, es aconsejable que las sabanas sean de tacto suave. Antes de ir a la cama, se recomienda aplicar abundante crema hidratante para mantener el cuerpo bien hidratado durante la noche.
La farmacia comunitaria es siempre una magnífica aliada del paciente, y no podía ser menos en verano con uno de los problemas más frecuentes de la estación. Ya sea en materia de prevención, o actuación ante el problema, el consejo farmacéutico es uno de los recursos más valiosos para los pacientes.